Érase una vez un pingüino llamado Tux que vivía en la Antártida. Le gustaba mucho las aventuras y siempre estaba de viaje.
En una de sus excursiones se encontró una serie de objetos flotantes, gracias a esos objetos pudo llegar de iglu en iglu a la entrada del castillo.
Para entrar al Castillo tuvo que hacer una serie de pruebas: la primera consistía en levantar una placa de hielo, la segunda en derrotar 30 bolas de nieve y 16 cúbitos de hielo. Al terminar las pruebas Tux entró en el castillo.
Tux entró en la sala donde estaba el monstruo y tras una hora de lucha lo derrotó, entonces Tux cogió el tesoro y se hizo rico.
Autores:
Miguel Ángel Moya Garrido 11 años
Jesús Moya Jimenez 11 años
Marina Casas Armijo 11 años
Alberto Jimenez Gomez 11 años
Centro Guadalinfo de Genave (Ja)
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