Érase una vez un ratoncito que se llamaba Peres. Peres para saber donde se encontraba los dientes que se caían a los niños, solo necesitaba su ordenador portátil. Para localizar el diente mandaba una señal al mundo y salía su localización.
Pero un día su ordenador se estropeó y cuando iba a una misión, el pobre se perdía buscando la casa.
Un dia Peres fue a su casa apenado y triste por su ordenador y el amigo de Peres le dio una dirección de un técnico de ordenadores. Peres se alegró muchísimo al saber que podía arreglarlo. El problema era que el ordenador se había apagado y para encenderlo había que meterle una clave. Entonces Peres se acordó de una clave que le había enseñado su padre cuando le compraron su primer ordenador, Peres la introdució y de repente apareció una cosa blanca que parpadeaba. Era un diente, entonces Peres fue a por el diente y lo cogió.
Dejo un euro en la almohada , se despidió del niño sin hacer ruido y se fue a su casa, muy feliz y contento y hasta hoy Peres sigue con sus misiones todas las noches gracias a su ordenador.
Iván Andrés Tito Jara (10 años)
Centro Guadalinfo de Zújar (Gr)
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